HISTORIA DEL CABALLO Y PROBLEMAS
Leo es un potro entero de 2 años cuyo único contacto con humanos fue cuando lo subieron a la fuerza a un remolque y lo trasladaron a otra cuadra, donde durante un año nadie lo tocó.
Podría decir sin exagerar que era un caballo salvaje: tenía miedo de acercarse al ser humano y cualquier movimiento rápido hacia él provocaba que se encabritara o saliera huyendo.
Todo mi trabajo con él consistió en hacer que dejara de temer al ser humano.
Tan solo acercarme para acariciarlo tomaba muchísimo tiempo, y si me acercaba con una cuerda o cabestro, reaccionaba con pánico, huida o incluso intentos de patear.
Después de 3 semanas de trabajo, logré ponerle el cabestro. El proceso de enseñarle a no reaccionar con miedo a cada movimiento fue muy lento.
Los primeros intentos de sacarlo a pasear terminaban en huida descontrolada o tirones de la cuerda.
EFECTOS DEL USO DE HEMPQUALIZER COMPETE
La primera administración de Hempqualizer Compete fue más fácil de lo que esperaba: Leo se mostró curioso con el olor y metió él mismo la jeringa en la boca, así que ese paso fue sencillo. Le administré 1 ml.
En 20-30 minutos noté un cambio radical.
Leo se volvió curioso hacia las personas, por primera vez me permitió cepillarlo completamente sin huir. También comenzamos el aprendizaje de levantar las patas y lo aceptó con mucha calma.
Lo más importante es que mostraba interés por el ser humano.
Al día siguiente, tras otra dosis, volvió a comportarse igual: se quedó quieto durante el cepillado.
Ese día intentamos nuevamente salir de paseo. Me preocupaba, pero para mi sorpresa se comportó como un caballo maduro y educado.
No me tiró ni una sola vez. Por primera vez lo llevé lejos de su manada sin que entrara en pánico.
Después de estos logros, quise ver si el progreso se mantenía sin la pasta.
Al día siguiente, Leo estaba algo más inseguro, pero seguía trabajando con tranquilidad, lo cual me alegró muchísimo.
Hempqualizer Compete le permitió romper con el miedo y abrirse al trabajo con personas.
Cada vez que le presentaba algo nuevo que pudiera causarle duda, lo hacía después de administrarle la pasta.
Todo lo que ya había aprendido, lo trabajábamos sin el producto.
En solo dos semanas, Leo se transformó por completo:
disfruta los paseos, explora nuevos lugares, se acerca al ser humano y se deja acariciar.
Resultó ser un caballo muy curioso y con muchas ganas de colaborar… solo necesitaba un poco de coraje líquido en forma de Hempqualizer Compete.